Pasaron
los días de vacaciones y la vuelta al cole ya es una realidad. El
despertador vuelve a sonar pronto y debemos adaptarnos a esta nueva
situación donde es probable que tengamos que hacer frente a muchos
cambios: horarios, nuevos cuidadores, maestros, amigos y para muchos
nuevo colegio. El papel como padres es fundamental en el proceso de adaptación a las
rutinas que supone volver al cole. Estas recomendaciones o sugerencias
para los primeros días ayudaran a emprender este nuevo año lectivo con
mejor ánimo:
- Deberemos ser mucho más pacientes y tolerantes durante los primeros días, ya que es normal que los chicos muestren cambios de humor debido a las modificaciones de horarios y al nerviosismo que les supone esta nueva etapa...Sabedores de que con el paso de los días las posibles rabietas, enfados, llantos … se irán mitigando.
- Como padres, debéis ser positivos y saberles transmitir confianza y seguridad, especialmente a los más pequeños que se inician en el mundo escolar.
- El primer día de cole es importante que seáis vosotros, los padres, quienes empañéis a vuestros niños. Recordemos que es un día muy especial y este día se debe compartir con ellos. Acompañarles les proporciona seguridad, tranquilidad y confianza.
- Es importante que os despidáis adecuadamente.
- Las despedidas deben transmitirles la misma confianza y seguridad que les proporcionamos cuando les acompañamos de camino al cole.
- La despedida debe ser corta y cariñosa: un abrazo, un beso y nos marchamos, eso sí, nunca a escondidas.
- Marcharse a escondidas, por muy tentador que parezca (porque pensamos que así evitamos que nuestro niño llore), es contraproducente, ya que puede hacer los que los niños se sientan abandonados.
- Una despedida prolongada solo podría servir para reforzar la sensación del niño de que el cole es un lugar malo.
- Los objetos de transición (una foto familiar, un muñeco especial o una manta favorita) también pueden ayudar a consolar a nuestros niños.
- Además, recordaros que una vez que os vais, la gran mayoría de niños dejan de llorar y al cabo de unos minutos están jugando normalmente con sus nuevos compañeros.
Al final, todo se acaba superando con grandes dosis de amor, paciencia, tolerancia y comprensión.
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